LOS BUFONES DE LOS RICOS

Casi alegremente, al menos con bastante irresponsabilidad, los bufones de los ricos, es decir, pobres de una supuesta clase media con ganas de no caerse, escriben estupideces disfrazadas de verdades que otros de igual medianía mental y egoísmo inexplicable creen a pie juntillas, acostumbrados a creer sin analizar.
En los últimos días circula, en los mentideros y embrollos de las redes sociales, un cálculo tomado de los pelos con el que más que confundir engañan.
Dicen que se imprimieron 4 millones de tarjetas de $ 4.000 cada una. Y en vez de decir que son para repartir entre los primeros cuatro millones de personas, alteran los números y pretenden repartirlas entre los (y otra vez alteran los números) 15.400.000 pobres que dejaron, pese a que ya son casi 16.000.000 (a su antojo suben, bajan, mezcla o se comen el 0,4% como si nada. Total, son pobres, no más)
En ese juego de falacias y engaños apañados, llegan a números que permitirían, con ese cálculo inventado, comprar 1 kg de bola de lomo para hacer milanesas ($350), 2 kg papa ($100) 1 kg pan ($120), 1 kg naranjas ($60), 1 pan dulce (¡cómo no van a comer pan dulce! a $200) y 5 l agua mineral (¿acaso se concibe no beber agua mineral? $250) por persona. Primero acomodan los números a su antojo y luego se burlan de los pobres con un menú que a los mismos bufones de los ricos les cuesta comprar. Y, para completar la ofensa a la lógica y a la condición de pobreza, con precios de supermercado de barrio norte.
Salvo en la ciudad de Buenos Aires (CABA, viste), en la provincia los precios son otros. Y la gente pobre no come milanesas con puré, ni toma agua mineral y es probable que el pan dulce, este año, pase de largo.
Estos tilingos no saben que 5 kg de carcaza y menudos de pollo sale $100 y que con eso se hacen guisos, caldos y salsas.
Ni se les ocurre lo que se puede hacer con cortes guiseros de cerdo a $80 el kg.
El pan que come el pobre en la provincia cuesta $68 y las naranjas para jugo 2 kg por 35 pesos.
Y esto lo escribe alguien que sabe cocinar y que sale a la búsqueda de precios para no hablar por boca de ganso.
Seguro que algunos saltarán a decir “!Ven, estos son los que quieren darles a los pobres carcazas de pollos!” No, tontitos. Sabemos lo que es una EMERGENCIA ALIMENTARIA y analizamos eso, la emergencia. Y hacemos lo posible para que coman algo.
Mientras que a ustedes les preocupa cuánto le va a costar a los ricos pagar el impuesto de sus campos o sus casas suntuosas y “¡Cómo se les va a cercenar el derecho de comprar lo que quieran!” otros argentinos pensamos en nuestros compatriotas más desposeídos y nos preocupamos por encontrar soluciones para ellos.
Y no se trata de ser de tal o cuál partido. Se trata, simplemente, de ser más o menos empáticos, de entender que si no somos solidarios no somos humanos y que quien más tiene debe ayudar al que menos tiene. Así de simple. Lo contario se llama egoísmo por más que les busquen mil excusas.
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