MURIÓ FIDEL, VIVA FIDEL

MURIÓ FIDEL, VIVA FIDEL

Quienes en la década de los ’60 vivimos la excesiva publicidad anti Cuba por parte de los EE UU, adquirimos una suerte de percepción por la contraria. Si algo les molesta tanto a los yanquis, por alguna razón será.

Tuve un padre de familia oligárquica, de formación burguesa (ser marino en la Argentina no daba opciones) y de vocación contestaría (ser peronista le valió el pase a retiro). De esa mescolanza atípica, salió un librepensador, ateo y anticlerical que dejó su impronta en su hijo (este que escribe).

Así como la muerte del gran director Toscanini y la del Papa Pio XII fueron temas de largas charlas ilustrativas, la llegada de Castro al poder, también.

Supe entonces que Cuba era algo así como el burdel de los EE UU, la sala de juego, el patio del fondo. Que mientras los extranjeros gastaban fortunas en farras el pueblo pasaba miserias económicas y humanas. El precio que pagaban los cubanos se cotizaba en dignidad.

Cuando se instalaron los misiles en la isla, mi padre me dijo “Los yanquis no van a aceptar esta tocada de culo. Pero es la única manera de evitar una tercera guerra mundial. Con un puesto de avanzada a 150 km de su territorio, van a pensar dos veces antes de hacer alguna pavada”.

Las revoluciones no son consensuadas ni se deciden en elecciones. Más aún, no son las mayorías las que las deciden, sino minorías comprometidas que marchan detrás de un líder carismático. Se llame Jesús, Lenin, Hitler o Fidel Castro.

Analizar la revolución cubana desde la cómoda platea de un sillón mullido frente al televisor o las informaciones brindadas por CNN es como opinar sobre el dolor de muelas con base en la información brindada por un comercial de dentífrico.

Tuve la oportunidad de mantener algo parecido a una conversación con dos cubanos en Miami. Uno, escapado de la revolución hablando pestes y culebras y pretendiendo recuperar las propiedades que había abandonado. El otro, exactamente en la ubicación opuesta. Valorando la no existencia de pobres (“¡Tlaga mielda! ¡Claro que no hay pobles polque ahora todos son pobles!” bramaba el primero. “Ahora lo que no hay son explotadores bulgueses como tú”, decía el segundo), el desarrollo de la educación (“En escuelas que se deshacen de viejas”, seguía el primero), el alto grado de servicios sanitarios y el acceso a la salud (“En hospitales de mielda” agregaba el exiliado), la reducción a 0 del índice de desnutrición (“Con esa puta libleta de racionamiento”, arguyó una vez más el anti Castro. Ahí explotó el revolucionario: “Eso es lo que les pesa a ustedes, bulgueses de mielda. Ustedes querrían comer lo que se les antoje aunque para eso hubiera gente que no tenga para comel. “)

En cierto sentido, la contraposición de criterios pasa por una percepción distinta de la misma realidad. Si bien la frase es IGUALDAD, LIBERTAD Y FRATERNIDAD, muchos la cambian poniendo en primer orden a la LIBERTAD. Eso es hacer trampa. Porque antes dela libertad está la igualdad. Solo podemos ser libres cuando todos tenemos igualdad de oportunidades. Si no es así, los desposeídos serán esclavos de los que poseen. Y no hay cadenas más fuertes que el hambre, la enfermedad y la ignorancia.

Uno lee y escucha a un montón de gente que despotrica contra Cuba, Castro y la Revolución. Son los mismos que se persignan cuando escuchan hablar de socialismo. Los mismos a los que les repugnan los pobres, pero que no hacen nada para eliminar la pobreza. Los mismos con poder de argumentación 0 que dicen “Dictadura es dictadura y basta. No tenemos nada más que hablar” sin saber ni poder concebir que del negro al blanco hay una infinita paleta cromática.

Murió Fidel. La revolución ya estaba, también, bastante enferma y, de hecho, va en dirección a una nueva reformulación de objetivos.

Es muy probable —¡Ojalá!— que nuevas tendencias den paso a una nueva generación de jóvenes con vocación de cambio que eliminen el capitalismo salvaje y el socialismo trasnochado dando paso a una nueva concepción de un mundo basado en la IGUALDAD que permita el desarrollo de la LIBERTAD en una convivencia unida por la FRATERNIDAD.

Murió Fidel. Viva Fidel.

Oscar Boubée 28/11/16