EL DESAFÍO DEL CAMBIO

EL DESAFÍO DEL CAMBIO

Uno de los temores encubiertos más comunes en los seres humanos, es el temor al cambio. Es tan grande ese temor que por no enfrentarlo muchos defienden el criterio de que “si siempre se hizo así, para qué cambiar”.

Lamentablemente mucha de esa gente trabaja de docente u ocupa puestos importantes en reparticiones que deberían cambiar, pero ¿para qué si siempre se hizo así?

Albert Einstein, en una de sus más célebres y celebradas frases, señala que si siempre se hace lo mismo, sería una estupidez pretender que el resultado sea diferente. Pese a ello, muchos siguen haciendo lo mismo, molestándose con quien quiera hacerlos cambiar, pero, como si se pudiese lograr de manera mágica, sueñan con que las cosas cambien.

Realmente, hay muchos más estúpidos de lo que se podría pensar.

Casi aletargados en la placentera condición de sus rutinas vacuas, sueñan con trabajar menos, ganar más y poderse jubilar lo antes posible para poder, definitivamente, no hacer absolutamente nada.

A esa gente le vendría muy bien aprender de las águilas.

El águila es el ave de mayor longevidad de su especie; llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, deberá tomar una seria y difícil decisión.

A los 40 años, sus uñas se vuelven apretadas y flexibles. No pueden tomar sus presas alimentarse.

Su pico largo y puntiagudo se curva apuntando contra su pecho, sus alas envejecen y se tornan pesadas y de plumas gruesas. Volar se le hace ya muy difícil. Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un doloso proceso de renovación, que durará 150 días.

Para esa renovación deberá  volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar.

Después, el águila comenzará a golpear su pico contra la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego deberá esperar el crecimiento de un nuevo pico con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas hayan nacido, comenzara a quitarse sus plumas viejas.

Finalmente, cuando las plumas hayan crecido renovadas, ligeras y livianas, podrá emprender nuevamente el vuelo y VIVIR 30 AÑOS MÁS.