Marcelo Figueiras: “En julio empezamos a distribuir la vacuna producida acá”
El presidente de laboratorios Richmond cerró un contrato histórico con el laboratorio Gamaleya y el fondo de inversión ruso para producir la vacuna Sputnik V en el país. Confirmó a LA CAPITAL que inicialmente generarán 500.000 dosis por semana, con capacidad de fabricar hasta 5 millones por mes. "Hay mucho empeño, ansiedad y ciencia para llevarle una solución a la gente", afirmó.
Marcelo Figueiras es uno de los hombres del momento. El empresario de 57 años, sin embargo, atribuye todo el mérito a los científicos y trabajadores de Richmond, el laboratorio argentino que preside y hará historia por haber comenzado a producir la vacuna Sputnik V contra el Covid-19 en el país. Es amigo personal del intendente Guillermo Montenegro y planifica invertir a mediano plazo en Mar del Plata, pero hoy está plenamente enfocado en un objetivo vital: terminar y distribuir 500.000 dosis por semana de la vacuna rusa a partir del próximo mes.
En diálogo con LA CAPITAL días después de cerrar el contrato con el laboratorio ruso Gamaleya y el Fondo de Inversión de ese país para producir localmente la vacuna, aportó una perspectiva clara de la vacunación de aquí a fin de año, confirmó la construcción de una nueva planta para generar hasta cinco millones de dosis contra el Covid por mes y destacó el rol de la industria farmacéutica nacional.
Hace días llegó a Richmond el principio activo de la Sputnik. “Es una semana intensa, esto es minuto a minuto”, admite Figueiras y asegura que “los países que producen vacunas, vacunan; y los que no, esperan” e insiste en sacar de la grieta a la producción de vacunas: “La mejor es la que tenemos a mano, la que salva vidas”.
-El acuerdo que cerró Richmond genera mucho más que gran expectativa, ¿con qué sensación lo vive en lo personal y cómo se percibe dentro del laboratorio?
-Los trabajadores, los científicos, los técnicos y todos los que estamos atrás de este proyecto estamos con mucho empeño, es muy emotivo. Todos tenemos amigos o parientes internados, con problemas, sabemos lo que está pasando la gente por esta pandemia. Se está haciendo con mucha ciencia argentina, con cariño y ansiedad para llevar una solución a la gente.
-¿La producción nacional de la vacuna permite ver un poco más cerca la luz al final del túnel?
-Entiendo que sí. La industria farmacéutica argentina es muy importante y ha estado a la altura de los acontecimientos: ha producido y proveído medicamentos que se necesitaron, no hubo faltantes. Todos pensamos en invertir a futuro para que no nos pase más el hecho de que nos encuentre sin vacunas algún posible problema. Siempre hay que estar preparado con una industria fuerte.
-¿Cómo sigue de ahora en más el proceso luego de la llegada del principio activo de la vacuna rusa al país?
-Llegó y ya se está produciendo. El próximo paso es mandar muestras a Anmat y al instituto Gamaleya para el chequeo final de cada lote. Anmat es una de las autoridades más reconocidas del mundo, que terminará de dar su aprobación. Son procesos rigurosos que se están acelerando sin dejar de cumplir con todo lo que se exige.
-¿Cuándo estarán listas para aplicar las primeras dosis producidas en el laboratorio?
-A partir de julio empieza la cadena de distribución para que las vacunas estén disponibles para la gente. Si nos mandan toda la materia prima -el componente uno la semana pasada y el componente dos la próxima semana- estamos en condiciones de producir 500.000 dosis por semana, y vamos a ir avanzando en la producción y en la cadena, para después más adelante encarar la fase total de producción, con el cultivo celular y todo lo que viene después.
-Sostiene que el laboratorio podrá producir hasta 500.000 dosis por semana. ¿Todas quedarán en el país? ¿De qué depende incrementar la producción?
-Todas serán para Argentina, así está enmarcado en el convenio que tiene la Nación con el Fondo Ruso. Si Rusia le da continuidad a la cadena productiva y se incorpora la India -seguramente lo hará- y nuestros socios de ese país logran también fermentar y terminar la primera etapa del proceso podríamos tener un mayor flujo de vacunas e incrementar nuestra producción.
-En esta etapa el laboratorio se encargará del proceso final de la cadena, pero ¿cuándo comenzará a producirse en forma integral la vacuna en Argentina?
-Para eso ya está proyectada la construcción de una nueva planta en el predio que tenemos en Pilar, de seis hectáreas, donde ya tenemos una unidad que produce sólidos orales para el VIH-SIDA y otra de productos oncológicos de alta potencia. Ahí habrá una tercera planta con capacidad de 500 millones de dosis, lo que permitirá ir a buscar mercados afuera. Calculamos que se dará en un año o año y medio.
-¿Cuál es la perspectiva de acá a fin de año?
-En este tiempo aprendí que los países que vacunaron fueron los que produjeron las vacunas y el resto espera. Acá estamos en una etapa en la que están llegando más vacunas y estamos produciendo la etapa final. Si Dios quiere llegarán más dosis de todos los laboratorios y eso nos da esperanza. Si miramos el hemisferio norte, ya están más liberados, volviendo a una vida “normal”.
-A la par del acuerdo, ¿hubo que acondicionar la planta ya existente y capacitar al personal?
-Cuando nos convocan desde un grupo de gente que trabaja muy bien en la India para hablar con los rusos y con Gamaleya, lo primero que hicimos fue idear una planta a futuro que forme un centro de vacunas para Latinoamérica, para el mercado interno y para exportar, para sumarle capacidad productiva a lo que existía en Argentina. Pero cuando la pandemia fue avanzando y tomó la magnitud que tomó, decidimos adelantar trabajos. Las vacunas son productos biotecnológicos en los que nosotros ya venimos trabajando hace cuatro años. Teníamos a la gente formada, capacitada y con proyectos a largo plazo. Vimos la posibilidad de adaptar una planta, extender la habilitación, aislarla, validarla y nos pusimos a trabajar. Lo hicimos a contrarreloj para hacer el proceso final de la vacuna.
-Mucho se habla de la efectividad de las distintas vacunas y hay sectores que cuestionan la falta de Pfizer en Argentina.
-Hay que correrse de la cuestión política. Todas las vacunas, según los expertos, sacan del problema grave de la internación y de la fase más crítica de la enfermedad. Es una garantía. Yo digo que la mejor vacuna que podemos tener es la que tenemos a mano.
-¿Tuvieron financiamiento del Estado o el acuerdo se cerró con capitales propios?
-No hubo financiación del Estado en este caso. El Estado sí financia, aunque a mi criterio faltaría fondear un poco más la banca de inversión, para que la industria pueda crecer. Pero en este proyecto no tuvimos financiación. Fue todo muy rápido. Estamos haciendo todo con capital propio.
-¿Cuál ha sido el rol del Gobierno?
-Ha sido muy importante. Hay un punto fundamental: se está fomentando toda la cadena de valor. Por ejemplo, hay poca industria de vidrio, que permite hacer las ampollas, frascos… ahí el Ministerio de Producción está trabajando fuerte. Pero Presidencia, la ministra de Salud, la Anmat… todos están apoyando, ayudan a cumplir todos los pasos, procesos muy rigurosos. La autoridad sanitaria en Argentina y en el mundo se concentró en esto, en la pandemia, en esta desgracia que nos toca y a raíz de eso se pudieron aprobar vacunas.
-¿La inversión a mediano plazo y el incremento de la cadena de producción contempla que la gente deba volver a vacunarse contra el Covid-19 cada año?
-Los datos de la ciencia vienen de la experiencia y la ciencia está esperando esos datos. Hoy lo preliminar es que posiblemente haya que repetir la vacunación, pero todavía no se sabe a ciencia cierta. Estamos en el medio.
-¿Richmond sigue en contacto con más laboratorios o hay un contrato de exclusividad en torno a Sputnik?
-Estamos concentrados en esto porque es un trabajo enorme, pero para la planta nueva ya tenemos conversaciones preliminares con varios laboratorios porque acá se va a necesitar muchísima capacidad productiva de vacunas. Son 14 mil millones de dosis extra que se necesitan por año para vacunar a toda la población mundial. Se va a requerir mucha producción e inversión.
-Con la producción de la vacuna en Argentina, ¿cree que la industria farmacéutica nacional elevará su posicionamiento a nivel internacional?
-La industria farmacéutica en el mundo estuvo a la altura de los acontecimientos. Ha desarrollado vacunas en un plazo cortísimo. Todos queremos que sea antes para salvar más vidas, pero se ha trabajado en tiempo récord. La industria nacional forma parte de ese proceso y es muy reconocida. Si seguimos con este tipo de inversiones vamos a crecer cada vez más y vamos a ocupar un mayor lugar en el mundo, teniendo nuestra capacidad de producción local y exportando. Todos los esfuerzos se enfocan en hacer crecer aún más a la industria y a la ciencia argentina.
Fuente: La Capital. Mar del Plata
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