¿LO CONOCÉS A BOLSONABO?

¿LO CONOCÉS A BOLSONABO?

En el siglo pasado, antes de entrar en el 2000 (aunque el siglo realmente cambió en el 2001, pero ese será otro tema), en ese entonces se le decía NABO al gil, al tonto, al esquenún, al pipio, al tarambana, al gilipollas, como dicen en España.

Un NABO es un tonto que se cree vivo, un pillín de pacotillas, un maula que se hace el taura y un otario sin carpeta.

Por estas latitudes hay un NABO con chapa, uno que, no conforme con ser NABO, se destaca por serlo. Y lo ostenta.

Convencido de que es dueño del poder sin darse cuenta de que no es más que un inquilino al que en cualquier momento, si sigue molestado al vecindario, le van a dar la excomúnica, hace ostentación de sus taradeces pretendiendo asustar copando una parada que le queda grande, muy grande.

Para colmo de males, como dicen los españoles de España, se empeña en “rizar el rizo” con un hijo tanto o más botarate que el.

¿No conocen a BOLSONABO? Les damos una pista. Imaginen que se va a hacer una fiesta y, por cortesía, don de gentes, deseo de mantener la fiesta en calma… se lo invita. Entonces, el NABO, en vez de aceptar la invitación e ir a la fiesta o, en caso de realmente no poder ir, enviar a su segundo, dice que va a ir en su representación un empleado de cuarta. El jardinero, por ejemplo.

Es tan NABO que no se da cuenta que el que queda expuesto es el, su familia, su gente. Porque, como la fiesta es importarte, irán “lo mejor de cada casa” como diría Serrat. Y, como es lógico que ocurra, preguntarán por el y la respuesta será “Está enojado, no vino” y los otros, que son inteligentes y conocedores del tema, del protocolo y esas cosas, simplemente dirán “¡QUÉ NABO, BOLSONABO!”