MERCENARIOS PELOTUDOS
La más remota etimología de mercenario nos lleva al latín “merx” de donde surgen mercadería, mercado y mercurio. Otras fuentes ubican el origen en un latinazgo compuesto por “merces” y “edis” que nos llevaría a pago.
Más allá de las etimologías, podemos decir que en sus orígenes “mercenario” identificaba a un soldado o persona experimentada que se ponía al servicio de otros tan solo por el beneficio económico y, agregan, “con poca o nula consideración en la ideología, nacionalidad, preferencias políticas o religiosas con el bando para el que lucha”.
Hoy no es necesario que sea soldado o persona experimentada en tanto y en cuanto se conforme con la paga sin evaluar daños o consecuencias de cualquier índole.
Hoy cualquier pelotudo inescrupuloso es un mercenario.
Valga aclararse que la etimología de pelotudo, también originaria del latín, se refiere a quien exhibe mucho pelo ya que pelota deviene del latín “pilus”, dado que eran vejigas rellenas de pelos las que se usaban para los juegos.
Claro es que, en cuanto a la acepción pelotudo utilizada en estas regiones, su referencia pareciera estar dada por la hoy difundida versión de que en la época de las guerras por la independencia los gauchos se formaban en tres filas: la primera era la de los “pelotudos”, que portaban las pelotas de piedras grandes amarradas con un tiento. La segunda era la de los “lanceros”, con facón y tacuara, y, la tercera, la integraban los “boludos” con sus boleadoras o bolas.
Lejos hoy de guerras y batallas que requieran soldados mercenarios y pelotudos munidos de piedras amarradas con tientos, la práctica ubica a periodistas o a quienes fungen de tales por obra y gracia de la herencia y la desfachatada utilización de fuentes serviles a los intereses espurios de grupos financieros, como los modernos mercenarios. Y faltos de las pelotas referidas, asumen el papel de pelotudos por el simple hecho de ir al frente convencidos de que podrán vencer con el solo uso de sus recursos básicos. En el caso de algunos de estos que hacen de periodistas estos recursos son el rubio de sus cabellos, lo azul de sus ojos, la ampulosidad de sus palabras y la supuesta erudición de sus opiniones.
Como claro exponente de los mercenarios pelotudos de hoy podría destacarse a Jonatan Goldfarb quien, como citáramos más arriba al referirnos a las herencias, utiliza el mismo seudónimo Viale que usa su padre Mauro.
Valga aclararse que, como periodismo de opinión, estamos absolutamente abiertos a la confrontación de las ideas y al disenso, pero cuando uno ve que se vienen con el facón bajo el poncho, la cosa cambia.
Quizás sea la juventud de este chico nacido en 1985 lo que le hace pensar que el éxito es el dinero y que, en consecuencia, puede hacer y decir lo que sea siempre y cuando el rédito económico le permita destacarse como exitoso.
A ver si nos entendemos. El gobierno de Alberto Fernández aún no lleva 30 días. Para colmo con Navidad y Año Nuevo en el medio.
Cabe suponerse que el presidente Fernández seguirá un tiempo más con su predisposición al diálogo calmo con los que se muestran como periodistas disidentes pero respetuosos, mientas cobran por ser sicarios informativos. Pero pareciera ser que ya no da para mucho más. Sin ánimo de prohibir, proscribir, censurar ni cosa parecida, es necesario dejar que cada uno diga lo que se le antoje, pero sin darle más pelota. Y acá el término tiene que ver con el ámbito futbolero.
Mientras los medios hegemónicos suman sus fuerzas desestabilizantes, seguiremos apareciendo, creciendo y desarrollándonos los medios alternativos para seguir hablando de solidaridad, adecuación impositiva en función a la riqueza y prioridad social por sobre los beneficios de algunos pocos.
Con una desfachatez inaudita, este chico Viale, pretende equiparar los recortes propuestos por López Murphy en 2001 con las acciones propuestas por Alberto Fernández. Y como sabe que no puede enunciarlas porque se cae el argumento, deja la referencia y se aboca a los porcentuales. Pero, veamos.
Lo recortes de López Murphy se aplicaban a los fondos docentes, las universidades, al salario familiar, las jubilaciones (con un recorte de 127 millones de pesos de entonces), menos becas a estudiantes, reducción en salud, eliminación al subsidio del gas, reducción de aporte a las provincias, despidos masivos de empleados públicos sin ampliación del mercado laboral privado, mayor flexibilidad en la contratación laboral y otros más entre los que, en algunos pocos casos, podría haber coincidencia con las propuesta de Fernández, tales como reducción de aportes a Inteligencia (A. F. en esto es más drástico planteando la eliminación directa de los fondos reservados, por ejemplo).
También López Murphy planteaba varias privatizaciones, recurso siempre fácil de liquidar activos y bienes de capital para conseguir liquidez ficticia.
Pero, en fin. La mentira tiene patas cortas y muchos de estos mercenarios pelotudos, también.
NB: Esto no es recomendable hacer porque significa pasarle lectores a la contra, pero somo humildes y sabemos que no habremos de aportarles demasiados, pero sí podrán acceder a la fuente de los recortes de L. Murphy https://www.clarin.com/economia/28-medidas-lopez-murphy_0_Hyp-gqOeCFe.html.
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